lunes, septiembre 04, 2006

EL POETA

Apenas moría…
de vivir en el violentas
aristas del devenir
incierto.

Vértigo, arrebato, desfallecimiento.

Suspendido de pie, nada me contiene,
Manos, millares de ellas, alza la mar,
escoplando las rocas que el vate nimba.

El poeta se contempla en el turbio mar, se abate al tiempo mismo,
Basta de fuentes y narcisos; no baños de palabras al cosmos; no más reticencias sabias.

He subido aquí intentado asirme al eje, al centro
Donde las centrifugas pasiones no me dispersen
Donde el canto al mundo no exista,
un instante antes de la misma dialéctica sonido-silencio,
un instante quizá, anterior al mismo lenguaje,
anticipado al mismo pensamiento, al mundo.
al caos.

En el poeta todo existe, él contiene al mundo mismo, privado, incluso de sí; pues aquél se fraguó teniendo por medida y modelo al poeta.

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Nada más lejos de la realidad, recuerda, mano, el verso de Hölderlin, el de aquella gran elegía "Pan y Vino":

"¿Para qué [chingaos sirven los] poetas en tiempos de penuria [o de fraude electoral]"

Las encorchetadas son mías, nomás para hacer más claro el sentido del verso de Don Hölderlin; Dios me perdone!

5:39 p.m.  

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