GOLPECITOS EN LA FRENTE
Me desperté.
Aliñé mis cabellos, bajé por las escaleras; tomé una taza, le introduje el frío café que reposaba en el pocillo. Di dos grandes sorbos... el último tuvo un sabor raro.
Ahora empezaba a recordar. Me acerqué a la mesa del comedor, caminé en circulos en derredor de ella, mi mano daba golpecitos en la frente esperando que el recuerdo de la noche anterior surgiera con mayor nitidez. El recuerdo no importaba, después de todo, la soledad sigue esperado en mi estudio. Quizá la mujer que está en mi frigorífico se sienta igual de sola.
Aliñé mis cabellos, bajé por las escaleras; tomé una taza, le introduje el frío café que reposaba en el pocillo. Di dos grandes sorbos... el último tuvo un sabor raro.
Ahora empezaba a recordar. Me acerqué a la mesa del comedor, caminé en circulos en derredor de ella, mi mano daba golpecitos en la frente esperando que el recuerdo de la noche anterior surgiera con mayor nitidez. El recuerdo no importaba, después de todo, la soledad sigue esperado en mi estudio. Quizá la mujer que está en mi frigorífico se sienta igual de sola.
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