REX BIBENDI
Llegado el tiempo de la carne y el baile, con ramas decoraron los hogares;
a su debida ocasión, los esclavos espetaron a sus dueños.
¡Den comienzo al festival!
que pronto habrá días de guardar;
se ahogarán los bronces,tañerán los maderos,
—¿Decidme por qué ha girado la rueda? ¡Decidme, madre!—¿Los pollinos recitan ya el gloria in excelsis?
Un juglar se desgañita en la plaza:
Traed, turba, los regalos,
nadie quiere sufriren el venir, los castigos
de los que a tuos oculos ruedanse malos.
Ttermina el festíne no hemos nombrado,
e no hemos elevadoa grande silla,
a la comodidad del dorado,
Regis Bibendi.
¡Venid crápulas!,¡Venid!
Acercaos,rufianes acercaos!,
Os daremos una hoz,
vuestra espada,
teñiremos carmesí.
¡El rey se ha vestido de harapos,
los harapos le han delatado rey!
Anuncia la soldadesca sacando, al momento, de entre la horda de comeperros; al excluido.
—No temaís de la encomienda,
gozaréis a luna plena y no tendréis más,
que postraros, ni arrastraréis ya,
las cuentas del gran luminar.
¡Todos, omnes e mugeres, atended!
¡Callar los gemidos; debéis, los arrumacos, suspender!
—Coronémosle con flores,
con flores adornémosle.
al rey levantado,al levantado rey.
— ¡Todos, omnes e mugeres,
atended!¡Callar los elogiar;
debéis, las loas, suspender!
—¿Do el abad?
¿do el cucaniense?
Que menester ha la santa congregación,
al Rex Bibendi, reconocer por el dios patre e fijo, ággelos y querubimes.
¡Comedirle a cantamisa para el soberano.!
Viene presuroso, desde el pórtico, el abad. Trae las ramas de hisópo y el aguabermeja del rito escurriendo. El hábito laxo coge a su paso todo el polvo, pulcro queda su camino. Gracias a esa minuscula peculiaridad ganado la gracia de santombre de la virgen Purísima de la purificación y miembro de la inmaculada orden del ropaje de san Abás.Pero, ¿por qué no santiguó su boca don padre Temulentino?¿No cargó el sancrucificado, con nuestros pecados,como para mortificarse con el hedor de sus bocados?—¡Cuidad de la bucca! Que la lengua que tenéis os puede alzar por brazos y codos los pies, ¡Acordaos!, ¡acordaos bien!, de los hombres sin aliento, de los que recogen el fruto del tejo. ¡Ah gañan!, ¡hombre sin fe!, sabed, que lo que entra al corpo no mancha; sólo lo que sale.
[Masticando una testa de ajo, se le ha oído: «alejaos spiritus uvae, quedaos spiritus sancto»]
Y haciendo una reverencia el abad se hace obispo, mas si por sus mejillas fuera, cardenal se le ungiría.Pues en esta festividad donde se reúnen los contrarios, dios ha obrado que ahora sea penitente, mañana, pues, penitenciario.[—el diablo capirote lieva, traya su cabeça noble corona. — gritan todos]
Próximo éste, al juglar y al rex bibendi, sentencia:—in nomine patris et filis...—sostiénese delicadamente la mitra y principia:«Donceiuelas meas, dadle testimonio de gaudia e júbilo a milord.» —refiriéndose en tono protocolario a sus nalgas. No hubo concluido aún su proemio, cuando un millar de palmoteos escapó de sus blandas carnes. Fue tal el estruendo, que si bien, las carcajadas que produjo en los presentes, le aventajaron en número, estas no opacaron en duración y armoniosidad al primero.—Dóminus vobíscum —et cum spíritu tuo .—requiéscant in pace. Ite, Missa est o bendicámus Dómino. Con un ritual poco derecho el abad le ha dado al rey, corona.—Oh buen rey, pronunciad, un buen mandato; que otra cosa no desean los aquí reunidos.—¡Silencia la mano!lengüela sine buca...
[Ahora el juglar se empina hacia el costado vivo del rey, sus gestos no declinan la jocosidad. Le besa la mano y le presta a los labios del monarca, muy cerca, su oreja. Desde los suelos los convocados pueden apreciar, la faz admirada del juglar. Él lleva la mano a la boca y alza las cejas. Lo vemos retirase haciendo vanas las caravanas. ]
¡El rey, la sua magestad,la excelssísima e reverendíssimarealeza fablará.!
—El rey dixo, el rey nos comiendae:
e dixo el mensajero desatandol riendae:
«Por la engracia que me embiste,
y la obedencia que ha se me deben,
yo ‘sestiro un mandate:»
—e començó dandol socarrón un tal hipo,
del cual luego él fizo,vulgar mueca e dixo:
—Ecce bula:
«remedar a Edipo,
la «regula»: madre e fijo,
Ffaréis incestos,
que sois padres funestos;
non avrá madrastras,
sól infames pederastas,
nin fembras pudendas,
sol Hécates cruentas,
Ser animalias, otrosí, cordiales.»
—¡Obedecedle en todo al señor de los oros,no vaya a privaros de las cabezas como a moros!
servirt’ he leamente farasé todol que pidieresservirt’ byen todol que quisieredes.
[Vítores y cantos citáricos, loas y alabanzas. Rex dixit]
[La semana crepuscúla.Una joven asciende hasta el trono del exaltado rey; ayer corvo, hoy dueño de grey.Lleva el semblante menguado, c lave y sáuco en mano, Ella severa, ante el señor ufano.La dama ofrenda, del sáuco desflorado, un brazo.Al Regulus, un adagio clava en sus barbas.Los labios reales el rubor pierden, la corona, el lugar... ] nam sub axe legimus:«hecubam regina.»
a su debida ocasión, los esclavos espetaron a sus dueños.
¡Den comienzo al festival!
que pronto habrá días de guardar;
se ahogarán los bronces,tañerán los maderos,
—¿Decidme por qué ha girado la rueda? ¡Decidme, madre!—¿Los pollinos recitan ya el gloria in excelsis?
Un juglar se desgañita en la plaza:
Traed, turba, los regalos,
nadie quiere sufriren el venir, los castigos
de los que a tuos oculos ruedanse malos.
Ttermina el festíne no hemos nombrado,
e no hemos elevadoa grande silla,
a la comodidad del dorado,
Regis Bibendi.
¡Venid crápulas!,¡Venid!
Acercaos,rufianes acercaos!,
Os daremos una hoz,
vuestra espada,
teñiremos carmesí.
¡El rey se ha vestido de harapos,
los harapos le han delatado rey!
Anuncia la soldadesca sacando, al momento, de entre la horda de comeperros; al excluido.
—No temaís de la encomienda,
gozaréis a luna plena y no tendréis más,
que postraros, ni arrastraréis ya,
las cuentas del gran luminar.
¡Todos, omnes e mugeres, atended!
¡Callar los gemidos; debéis, los arrumacos, suspender!
—Coronémosle con flores,
con flores adornémosle.
al rey levantado,al levantado rey.
— ¡Todos, omnes e mugeres,
atended!¡Callar los elogiar;
debéis, las loas, suspender!
—¿Do el abad?
¿do el cucaniense?
Que menester ha la santa congregación,
al Rex Bibendi, reconocer por el dios patre e fijo, ággelos y querubimes.
¡Comedirle a cantamisa para el soberano.!
Viene presuroso, desde el pórtico, el abad. Trae las ramas de hisópo y el aguabermeja del rito escurriendo. El hábito laxo coge a su paso todo el polvo, pulcro queda su camino. Gracias a esa minuscula peculiaridad ganado la gracia de santombre de la virgen Purísima de la purificación y miembro de la inmaculada orden del ropaje de san Abás.Pero, ¿por qué no santiguó su boca don padre Temulentino?¿No cargó el sancrucificado, con nuestros pecados,como para mortificarse con el hedor de sus bocados?—¡Cuidad de la bucca! Que la lengua que tenéis os puede alzar por brazos y codos los pies, ¡Acordaos!, ¡acordaos bien!, de los hombres sin aliento, de los que recogen el fruto del tejo. ¡Ah gañan!, ¡hombre sin fe!, sabed, que lo que entra al corpo no mancha; sólo lo que sale.
[Masticando una testa de ajo, se le ha oído: «alejaos spiritus uvae, quedaos spiritus sancto»]
Y haciendo una reverencia el abad se hace obispo, mas si por sus mejillas fuera, cardenal se le ungiría.Pues en esta festividad donde se reúnen los contrarios, dios ha obrado que ahora sea penitente, mañana, pues, penitenciario.[—el diablo capirote lieva, traya su cabeça noble corona. — gritan todos]
Próximo éste, al juglar y al rex bibendi, sentencia:—in nomine patris et filis...—sostiénese delicadamente la mitra y principia:«Donceiuelas meas, dadle testimonio de gaudia e júbilo a milord.» —refiriéndose en tono protocolario a sus nalgas. No hubo concluido aún su proemio, cuando un millar de palmoteos escapó de sus blandas carnes. Fue tal el estruendo, que si bien, las carcajadas que produjo en los presentes, le aventajaron en número, estas no opacaron en duración y armoniosidad al primero.—Dóminus vobíscum —et cum spíritu tuo .—requiéscant in pace. Ite, Missa est o bendicámus Dómino. Con un ritual poco derecho el abad le ha dado al rey, corona.—Oh buen rey, pronunciad, un buen mandato; que otra cosa no desean los aquí reunidos.—¡Silencia la mano!lengüela sine buca...
[Ahora el juglar se empina hacia el costado vivo del rey, sus gestos no declinan la jocosidad. Le besa la mano y le presta a los labios del monarca, muy cerca, su oreja. Desde los suelos los convocados pueden apreciar, la faz admirada del juglar. Él lleva la mano a la boca y alza las cejas. Lo vemos retirase haciendo vanas las caravanas. ]
¡El rey, la sua magestad,la excelssísima e reverendíssimarealeza fablará.!
—El rey dixo, el rey nos comiendae:
e dixo el mensajero desatandol riendae:
«Por la engracia que me embiste,
y la obedencia que ha se me deben,
yo ‘sestiro un mandate:»
—e començó dandol socarrón un tal hipo,
del cual luego él fizo,vulgar mueca e dixo:
—Ecce bula:
«remedar a Edipo,
la «regula»: madre e fijo,
Ffaréis incestos,
que sois padres funestos;
non avrá madrastras,
sól infames pederastas,
nin fembras pudendas,
sol Hécates cruentas,
Ser animalias, otrosí, cordiales.»
—¡Obedecedle en todo al señor de los oros,no vaya a privaros de las cabezas como a moros!
servirt’ he leamente farasé todol que pidieresservirt’ byen todol que quisieredes.
[Vítores y cantos citáricos, loas y alabanzas. Rex dixit]
[La semana crepuscúla.Una joven asciende hasta el trono del exaltado rey; ayer corvo, hoy dueño de grey.Lleva el semblante menguado, c lave y sáuco en mano, Ella severa, ante el señor ufano.La dama ofrenda, del sáuco desflorado, un brazo.Al Regulus, un adagio clava en sus barbas.Los labios reales el rubor pierden, la corona, el lugar... ] nam sub axe legimus:«hecubam regina.»
1 Comments:
Ya deberías seputar ese texto en el olvido.
nota: no leí los anexos en prosa. me dió gueba.
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