miércoles, enero 31, 2007

EXTRAVÍO

Andar.

He perdido dos dedos del pie
derecho: el meñique y el siguiente.
Muerden, las calles muerden.
Llegará el día en que arrastre los muñones solamente,
en que el sonido de mi andar lo formen golpes sordos, secos, murmurosos.


Vejez.

Descansan ellas, en bocas desdentadas, íngrimas, solas;
Las habré perdido: mis palabras.


Final.

-¡Cállate infame,
dejame morir en santa paz!
en la mejor de las reticencias.
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