lunes, enero 30, 2006

EL HOMBRE GALLO EN MI SUEÑO

Una mano se posó en mi pie derecho,
un sobresalto, las correas me sujetan a la cama.
Inmóvil, como ausente de mi,
fui besado
por el hombre gallo,

Violetas, mis labios,
se oponen.
Me apuñalará. Le veo entre la poca luz blandir un enmohecido metal.
Sólo soy un cachorro que le muestra el cuello aguardando la piedad o lo peor.
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