lunes, febrero 06, 2006

ALBATROS

Fue sólo por divertirse.

Abandonado en un claro, se advierte aun, la verguenza y la torpeza de José Luis.
Existen marcas de lo mucho que abatió sus extremidades. La muerte se la trajeron con laxitud y pereza.

¡Qué lento es ahora el General José Luis.! ¡Qué horrible y paradójico es verle ahora!
Sus ejecutores lo exitan. Uno le acerca un pipa a los ojos; otro se burla imitándole al recoger los brazos y enseñar los codos. Extraña muerte para un militar, extraña y tortuosa. Mutilado de sus extremidades a la altura de los codos y las rodillas, con una mueca indeleble de horror.

1 Comments:

Blogger  said...

aaay.. pobrecito. Le dolió?

12:38 p.m.  

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