LEYENDO TU ROSTRO
Quise encontrarle una forma a su rostro, ver en él un mapa, una composición semiótica, un complejo mandala.
Me desplacé por encima de cualquier fisiognomista.
Iluminado por las fugas de luz de luna de la persiana, Aguardo agazapado, para ver dentro de ti.
Tan inextricable como el Mutus Liber, Hermética como el arte de los alquimistas. Verdadero alambique es tu cuerpo, en él se
destila mi espíritu.
-Puede ser que, soplando tu cara, de desconforme toda o Tal vez meciendo mis manos, al unísono del calipso, lo logre.
La estupefacción me abriga, contemplo al igual que el pupilo ignorante contemplaría una menuda matriz numérica o algún problema algebraico, tu ojos. Un instante de reflexión, el recuerdo de una glosa de Musashi, me hacen dar un paso atrás. Ya no eres más algo ignoto e irresoluble, sino un Puente con el Todo. He traído conmigo tres esferas de cristal que me han confiado para obsequiarlas al Guardián y que se me permita el paso. Transcurren los días.
-Debo confesar que nuestras potencias se han reconocido, se han visto y las dos lloran por su encuentro.
sucedió lo mismo que cuando Tendzin Gyatso vió a Rinpoché.
He escuchado lo que en sigilo dice un enamorado a su amada:
"Aún cuando me regales tu ausencia,
la tristeza no podrá abatirme.
En el tulipán que brota,
veo la promesa de una nueva primavera"
No me es posible deshacerme de esas palabras, durante la observación de tu cuerpo. Ahora se amamantará la primavera de los pechos del verano.
Al pie de tu cama, que se yergue ante mi como altar de holocaustos, tengo tal epifanía.
un instante de reflexión y las glosas de Musashi.
No veo al Ángel que me muestre un cordero y detenga con ello el sacrificio.
Me desplacé por encima de cualquier fisiognomista.
Iluminado por las fugas de luz de luna de la persiana, Aguardo agazapado, para ver dentro de ti.
Tan inextricable como el Mutus Liber, Hermética como el arte de los alquimistas. Verdadero alambique es tu cuerpo, en él se
destila mi espíritu.
-Puede ser que, soplando tu cara, de desconforme toda o Tal vez meciendo mis manos, al unísono del calipso, lo logre.
La estupefacción me abriga, contemplo al igual que el pupilo ignorante contemplaría una menuda matriz numérica o algún problema algebraico, tu ojos. Un instante de reflexión, el recuerdo de una glosa de Musashi, me hacen dar un paso atrás. Ya no eres más algo ignoto e irresoluble, sino un Puente con el Todo. He traído conmigo tres esferas de cristal que me han confiado para obsequiarlas al Guardián y que se me permita el paso. Transcurren los días.
-Debo confesar que nuestras potencias se han reconocido, se han visto y las dos lloran por su encuentro.
sucedió lo mismo que cuando Tendzin Gyatso vió a Rinpoché.
He escuchado lo que en sigilo dice un enamorado a su amada:
"Aún cuando me regales tu ausencia,
la tristeza no podrá abatirme.
En el tulipán que brota,
veo la promesa de una nueva primavera"
No me es posible deshacerme de esas palabras, durante la observación de tu cuerpo. Ahora se amamantará la primavera de los pechos del verano.
Al pie de tu cama, que se yergue ante mi como altar de holocaustos, tengo tal epifanía.
un instante de reflexión y las glosas de Musashi.
No veo al Ángel que me muestre un cordero y detenga con ello el sacrificio.
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