UNA TARDE DE CHOCOLATE (r)
El dulce aroma se disipó, lento, pasmoso, en la pieza.
Ritualmente compartimos un chocolate. las tres velas ahora dimensionaran los cuerpos de los amantes. Tu interpretas a una mesa; yo personifico la vianda. Suelo quejarme, generalmente por las frases comunes, pero ¡hélices! somos una Reiteración amontillada, ¿Qué haremos ante ese hecho irrefutable?
La ritmiquidad de los amantes no suele dispensar un síncope. Soy yo jarabe, tú a veces Son. El tiempo se apelmaza en ese sólo acto: pulgar e índice detienen el chocolate, mis ojos bajan hasta la confitura, los tuyos apenas suben por mi antebrazo. El espacio entero llega hasta la Regularidad, los factores, las variables... se escinden unos; las otras se funden.
Algo aparte del ese caramelo se desprenderá y llegará hasta nuestras bocas y después de la ingesta comprenderé que nos hemos ligado más allá de lo religioso.
Impregno todo de mi, allago los muros, impregno todo de mi.
Sin embargo, cobijado por las sombras, me acompaño del frio de la madrugada; me alejo de ti por callejuelas inextricables, no sea que tu amante se descubra usurpado.
He estado ausente de mi, mas no de ti.
Ritualmente compartimos un chocolate. las tres velas ahora dimensionaran los cuerpos de los amantes. Tu interpretas a una mesa; yo personifico la vianda. Suelo quejarme, generalmente por las frases comunes, pero ¡hélices! somos una Reiteración amontillada, ¿Qué haremos ante ese hecho irrefutable?
La ritmiquidad de los amantes no suele dispensar un síncope. Soy yo jarabe, tú a veces Son. El tiempo se apelmaza en ese sólo acto: pulgar e índice detienen el chocolate, mis ojos bajan hasta la confitura, los tuyos apenas suben por mi antebrazo. El espacio entero llega hasta la Regularidad, los factores, las variables... se escinden unos; las otras se funden.
Algo aparte del ese caramelo se desprenderá y llegará hasta nuestras bocas y después de la ingesta comprenderé que nos hemos ligado más allá de lo religioso.
Impregno todo de mi, allago los muros, impregno todo de mi.
Sin embargo, cobijado por las sombras, me acompaño del frio de la madrugada; me alejo de ti por callejuelas inextricables, no sea que tu amante se descubra usurpado.
He estado ausente de mi, mas no de ti.