RECORDANDO...

Haciendo tareas de reacomodo para perder el tiempo y ganar espacio en mi habitación me encontré con el primer poema que hice, hace lustros de eso.
Fue una tarea para la asignatura del famosisimo Maestro Eusebio y nos pedía un Ovillejo, versificación asaz dificil ya que como muchos saben es una estrofa que se constituye de diez versos, los primeros seis forma tres pareados: con el verso octosílabo se pregunta y con el verso de pie quebrado se responde, a modo de eco, en rima consonante. Los cuatro últimos versos forman una redondilla que resume el sentido de los versos anteriores. El verso final recoge las tres palabras utilizadas en los versos cortos o de pie quebrado. El esquema métrico es: aa bb cc cddc.



El ovillejo pues, iba así:



¿Qué provoca la avaricia?
¿la codicia?
Pues decimos la verdad:
La maldad
nace ella de la bajeza
por tristeza
en quien no tiene firmeza,
y en quien bienes atesora;
en su alma, alli mora:
Maldad, codicia y tristeza.


y en un parrafo añadido fui tan nefasto que me atreví a expresar la fuente de donde abrebé la idea, las líneas dicen (aun) lo siguiente:

Nos comenta Hildegard Von Bingen y Meister Eckhart, que la avaricia nace, -es producto directo- de la tristeza, empero de la tristeza mundana, como en el caso de aquella persona pauperrima espritualmente que suple dicha carencia acervando, posesiones, empero como figura Dantesca o Bosquense a medida que aumenta sus bienes su desconsuelo es mayor.